sábado, 30 de abril de 2011

Tu nombre detrás de una coma


“Adiós”, y añado tu nombre detrás de una coma. Y deseo olvidarte, extirpar de mi mente tu recuerdo, porque es tan profundo que se me antoja un otoño infinito.

“Qué va”, y añado tu nombre detrás de una coma. Y añoro al son de la melancolía que tengas un punto de vista diferente, y que trates de convencerme.

“Se acabó”, y añado tu nombre detrás de una coma. Y me incito a desidealizarte, porque me resultas tan perfecta que todo lo demás necesita una capa de pintura.

“No me jodas”, y añado tu nombre detrás de una coma. Y te odio con toda mi alma por un instante, para después desear que me jodas por siempre jamás.

“Vete a la mierda”, y añado tu nombre detrás de una coma. Y echo de menos que tú me insultes y que acabemos riéndonos a carcajadas porque sabemos que nunca te irás a la mierda. Y que, si lo haces, guardaré en un hatillo los versos que nunca te he escrito. Y me iré contigo.

jueves, 21 de abril de 2011

Comos (IV)



Como mi pasión por las palabras obsoletas.

Como Aznar y Bush con Irak.

Como la puta manía de Sergio Ramos de dar un taconcito para regatear.

Como el viejo que aborrece internet.

Como tu nivel de excitación ante mis camisas de cuadros.

Como yo y las vascas.

Como yo y las lesbianas.

Como mi reloj digital de mesilla de los años 80.

Como mi estómago ante la inminencia de un salmón a la plancha.

Como mi gato y las narices anchas.

Como yo y la coca-cola.

Como James Dean.

Como mi runrún diario de antes de dormir.

Como un examen de temática abierta sobre filosofía de respuesta libre.

Como la sonrisa torcida que pones antes de llamárselo a alguien.


Por no decir otra cosa… Incorregible.

miércoles, 6 de abril de 2011

Comos (III)



Como la orina estancada en el váter.

Como tener entre las cejas libertad y no saber qué es eso.

Como saber que nunca volveré a escuchar Muse como antes.

Como los trastos viejos del garaje.

Como la incomunicación.

Como el pajarito que imaginas en la jaula que le impones.

Como Dios y su inexorabilidad conceptual.

Como la utilidad de una grapa sin grapadora.

Como la levedad de un salto.

Como un cigarro entre mis labios; como mi existencia entre los tuyos.

Como la vida, en toda su finitud.

Como salir al contraataque contra el Barça.

Como transigir lo surrealista.

Como la caducidad de un pensamiento.


Por no decir otra cosa... Condenado.