lunes, 12 de marzo de 2018

Siete velas



Bebiendo de la noche, a sorbos, las tempestades
De una luna derrotada por la amargura;
El alma, desgajada, pidiendo en la barra de siete bares,
Como siete velas sin candelabro ni muerto,
Sin casa ni puerto, ni una buena cerveza
Que ofrecer a los borrachos de ánimas

                                Y batallas perdidas.

Pensamientos que se devoran, miradas que hablan
De lo que fue o de lo que, acaso, será:
Siempre dos copas vacías esperando otra ronda,
Mezclando whisky con tequila barato;
Porque valen más catorce pedazos de nada
Que dos espaldas ignorando el contacto

                                 En mitad del gentío.