lunes, 20 de junio de 2011

Bocata de besos


Pegué el primer mordisco al bocata de besos. Resultó lo más jugoso que había probado. Sabía como debe saber un beso de mi primer amor, a quien que nunca besé. El segundo bocado me supo a plenitud adolescente. El tercero, a aquellos locos años 20. Y cuando le di el cuarto bocado, me di cuenta de que el capullo del camarero le había echado al bocata una capita, casi imperceptible, de desamor.

Escupí y pedí la cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario