Con un tibio rumor de madrugada,
Amanecí con alcohol y un canto
Desesperado, y un grito por cada
Mortaja que cubre con espanto
El dolor de mi alma fatigada.
¡Negra noche, tráeme un sueño!
De luces y aire, de sombras y niebla,
O, acaso, plántame en el ceño
Un beso tierno de fresca hierba.
¡No te vayas! Quédate dormida
Con mis cantos y gritos y sueños y nanas
Que, en la mañana de rojo teñida,
Se desvanecerán como si nada en la nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario